Sí,
estoy pariendo…
abre tu boca
que quiero llenarte de palabras.
Que mis besos… te versen.
Irme en una estrofa hacia tu interior.
Quedarme en tus adentros,
recorriéndote,
rozándote el alma,
conociendo lo más íntimo de ti.
Dejarme estar en tus entrañas,
sentarme en la piedra de tus inicios,
recorrer el mismísimo camino de tu sangre…
estar en tu torrente.
Saborear tu vida
tus pulsos y enloquecidos palpitos,
tus pechos con historia,
tus muslos de caminatas pasadas.
El mito del tuyo silencio…
oírlo desde adentro
tan tuyo; tuya... nosotros
tan nuestros.
Ficticio,
pero tan real como tu misma carne
de sabor a vida,
a cabello naciente,
a piel bajo la piel.
¿Me entiendes?
Me quiero en tí, en lo tuyo.
En lo más dentro de tu cuerpo
hasta perderme sin rumbo
…y dejarme guiar por tu alma.
En fin...
Hecho y desecho en ti.
Y luego de todo,
salirme de ese tú, inmenso
y amarte con mi deseo,
con el ardor de mis ganas,
involucrarte con mi piel,
con la pasión de mis manos;
pintarte la mirada perdida,
tu bendita forma de sentir
y tu abnegada entrega
de pasión irreconocible.
Ida… descubierta,
vulnerada,
devastada por mis caricias
…sembrando tu mañana
en el prado de ésta historia
que ahora nos une.