AYER

Te veo sumergida en la profundidad de tus sueños
y percibo con miedo tu angustia...

no semejas ser la misma de antes
y cada minuto hiere tu tiempo azaroso.
Ya no eres como ayer,
cuando desfilabas erguida
hacia los más ansiados deseos.

Recuerdo el momento en que te ví
plácida y solemnemente bella
recorriendo un horizonte dibujado por Dalí...
lleno de arcoiris,
de sombras luminosas
que hacían día
la más oscura noche.

Extendida sobre un manto de emociones
que hacían gustoso el llanto,
dejando la huella del dolor
en manos del olvido.

Así te recuerdo en este instante,
te cubro con una transparente sábana
de mil colores;
de cien detalles femeninos
de miles de virtudes y certezas
y en el nombre del Padre
despido el resto de tu partida
para olvidar a la musa inspiradora
que una vez tuve a mi lado.


07.12.99